quinta-feira, 27 de novembro de 2008

DESSASOSEGO, UN HOMBRE INDIGNADO Y HAMLET SINCRETICO, por Jorge Arias - Jornal La republica - Uruguai

"Hamlet sincrético", bajo la aplicada dirección de Jessé Oliveira, tuvo la energía de "Dr. Q. Quriosas Qomedias, de "Qorpo Santo", pero tuvo a Shakespeare, al Umbanda, a los ritos y alegrías de la etnia negra en una cómoda aleación: Hamlet es asociado a Xangó, que es la justicia, Polonio a un pastor evangélico. La tragedia clásica y su atmósfera fueron concienzudamente escenificadas; las escenas de canto, baile y a veces acrobacia, con arrolladora percusión y ganas de bailar, operaron como interludios que aliviaron y contrastaron, pero no quebraron, la historia de la venganza del príncipe. Lo referido a Shakespeare tuvo autenticidad y fuerza, el folclore, el canto y el baile, con un inolvidable rap entre Hamlet, Rosencranz y Guildenstern, lo tuvieron mucho más. El rey Claudio tuvo un empaque de gansgter, en el estilo de la "Opera do malandro", la reina Gertrudis fue majestuosa y digna; confesamos nuestra simpatía por Ofelia (Glau Barros), llena de vida y con una de las mejores sonrisas de Porto Alegre, hasta cuando ha de morir; muy distinta, pero no menos genuina, de la vegetal y casi líquida de Millais. Hamlet (Julián Barros) merecería un capítulo aparte por sus múltiples dones de actor, lo mismo Polonio (Silvio Ramao), Laertes... pero nada del resto es silencio. El espectáculo de "Caixa Preta" debe figurar entre lo mejor que hemos visto en este festival.

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